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Laura Cabanillas adicta al lúpuloUn artículo de Laura Cabanillas

Laura Cabanillas es la autora del blog de ‘Adicta al Lúpulo’

 

 

 

 

Suelo decir que, cuando alguien afirma categóricamente que no le gusta la cerveza, lo más probable es que todavía no haya dado con una cerveza que le gusta. Sin embargo, para que esto ocurra, primero hay que descubrir que la cerveza no es sólo lo que sale del grifo del bar de la esquina cuando pides una caña.

El problema es que, durante muchos años, lo que se ha entendido en España por “cerveza” se limitaba a un único tipo de cerveza. La marca podía variar según la región pero el producto seguía siendo prácticamente igual.

Interesa que sea de esta manera por comodidad, por los márgenes que deja este producto a los hosteleros y por la “seguridad” que supone también para el consumidor saber que, independientemente de dónde vaya, el producto va a ser siempre igual.

Por supuesto, también estaba la cerveza de importación, sobre todo procedente de Bélgica y Alemania y cuyo precio se volvió algo menos prohibitivo tras la entrada de España en la Comunidad Económica Europea, pero siempre quedó confinada a espacios muy limitados y para un público más especializado.

grifos de cerveza

Cambio en el sector de la cerveza

Desde hace algunos años, se está produciendo un cambio en el sector de la cerveza en España, aunque todavía es muy lento y aún supone un porcentaje muy pequeño.

Hay un grupo de consumidores que está dispuesto a beber algo distinto y que entiende que es complementario al tipo de producto que se ha vendido tradicionalmente. Lo que demandan es poder elegir y para eso es necesario que haya una variedad de estilos y de marcas pero, sobre todo, más accesibilidad a esa variedad.

En este entorno de cambio, la labor divulgativa es fundamental y debe comenzar a nivel local. Está en las manos de los hosteleros que se atreven a ofrecer algo distinto y de los pequeños fabricantes que venden directamente al público, que son los primeros interesados en que esta mentalidad de demandar algo diferente se extienda.

Cultura cervecera

Además, Internet y las redes sociales pueden servir de refuerzo a la cultura cervecera. No sólo se pueden rastrear marcas, referencias y locales, sino que también es posible acceder a todo tipo de contenido relacionado con la cerveza o incluso buscar recetas y comprar equipamiento para fabricar tu propia cerveza en casa.

tipos de cerveza

Para que alguien dé con una cerveza que le guste, tiene que poder acceder a productos distintos.

Volviendo al arranque del texto, y para demostrar que la frase con la que comencé es cierta, pongo dos ejemplos.

Hace años, viajé al Sur de Alemania con una amiga que aborrecía la cerveza. Finalmente, se animó (aunque con ciertos recelos) a probar la cerveza de trigo en un Brauhaus y desde entonces es fiel a la cerveza de trigo.

También conozco a alguien que un día descubrió que lo que realmente le va es la cerveza negra. Empezó poco a poco con las marcas más accesibles pero no se convenció hasta que conoció a las variedades más potentes de Porter y Stout.

En estos dos casos, los gustos de estas personas están fuera de la cerveza que se suele encontrar en bares y supermercados, pero no lo descubrieron hasta que no pudieron acceder a un producto distinto y se atrevieron a probarlo.