El pasado 1 de enero entraba en vigor el Real Decreto 1512/2018, una norma jurídica emanada del poder ejecutivo que supone una modificación del Reglamento de Impuestos Especiales y, a su vez, del Impuesto Especial sobre la Cerveza, que introduce, por primera vez, una distinción entre grandes y pequeñas cerveceras en España.

cerveceras en España tamaño

La diferenciación entre unas y otras, y según el Real Decreto, la marca a partir de ahora la cantidad de cerveza producida al año, cuyo umbral para distinguir a unas y otras queda establecido en 5.000 hectolitros, es decir, en medio millón de litros/año.

 

Un pequeño gran cambio en el sector cervecero

Para el sector cervecero español, el cambio producido tiene mayor calado por el hecho de cuantificar por primera vez la distinción entre grandes y pequeños que por la aplicación práctica de los cambios aprobados, que incluyen la simplificación de algunas medidas administrativas a las pequeñas cerveceras en la contabilidad, de un lado, y el aumento y simplificación de las mermas permitidas en los procesos de producción, por otro.

De momento, el cambio se ha quedado en matices de corte más bien burocrático, sobre los que no vamos a extendernos en estas líneas. Todas estas afecciones pueden consultarse en este artículo (clicar enlace).

contabilidad cerveza

Pero la historia nos recuerda que los grandes logros, también en materia legislativa, no suelen alcanzarse ni en una tarde, ni en un año ni de una tacada. Y, sin embargo, también nos recuerda que, reconocido un derecho de importancia, ya es muy difícil revertir su efecto.

Por eso, muchas microcerveceras creemos que tras esta distinción entre grandes y pequeñas nada será igual en el sector cervecero y que lo recordaremos en los próximos años como un punto de inflexión extraordinariamente relevante.

Es, en suma, un reconocimiento de una nueva realidad en el sector cervecero. Y a partir de ahí, y en los próximos años, habrá que seguir legislando.

Los cerveceros artesanos consideramos que todavía queda mucho por hacer para converger hacia lo que ya están haciendo en otros países de Europa, que nos llevan años de ventaja a la hora de incorporar de forma general la cerveza variada y de calidad. Y ese lastre, claro está, va a ser una losa importante en materia legal.

 

De la definición de cerveza artesana, ni rastro

No es cometido de las normativas modificadas por el Real Decreto aprobado, pero sigue latente y sin modificación la ambigua definición de cerveza de “fabricación artesana” aprobada por el Real Decreto 678/2016), que no introducía, deliberadamente, parámetros de volumen e independencia para su categorización, como hacen la mayoría de los países de nuestro entorno.

De esta forma, se permitía una barra libre para que cualquier productor, pequeño, mediano y, especialmente, grande o gigantesco, pueda utilizar dicha denominación artesana en su publicidad o en sus etiquetas con una facilidad extrema y sin sonrojo alguno.

Este coladero para las grandes cerveceras permite, por ende, que el consumidor sea objeto de una constante y continua desinformación como la que sufre en la actualidad, donde prácticamente todo vale como artesano.

 

Impuesto a la cerveza: tampoco hay rastro

Respecto a la Ley de Impuestos Especiales que regula la cuantía de los mismos o una posible bonificación que distinga entre grandes y pequeñas tampoco hay ni rastro. De momento.

Y decimos de momento porque España es uno de los pocos países europeos (sólo cinco de veintiocho no lo hacen por ahora) que no aplica la directiva 92/83/EEC que permite reducir hasta la mitad el impuesto sobre la cerveza a aquellas “pequeñas cerveceras independientes” que produzcan menos de 200.000 hl. de cerveza al año, ayudándolas a sobrevivir en un mercado donde la lucha por abrirse camino en un sector dominado de cabo a rabo por los grandes grupos es una labor titánica.

 

impuestos especiales cerveza

 

En este aspecto y en España, por ahora, las cuantías por hectolitro seguirán siendo iguales para quienes elaboran unos pocos miles de litros al año como para los grandes grupos que fabrican millones de litros a diario. Igual, es decir, lo mismo.

Si tenemos en cuenta que los impuestos especiales sobre la cerveza en España recaudan unos 345 millones de euros anualmente y que los artesanos no producen ni el 1% de la cerveza nacional, podemos asegurar que una reducción del 50% sobre los impuestos especiales a los pequeños supondría una reducción de la recaudación de solamente 1,5 millones de euros, que repartidos entre los cerca de 500 microcerveceros que existen en España supondrían una media de 3.000 euros de ahorro fiscal por artesano.

Es un ahorro fiscal no reivindicado porque sí, sino amparado por una directiva europea que lo permite y estimula. Para el estado, supone una nimiedad; para muchos pequeños artesanos, la diferencia entre seguir abiertos o tener que cerrar y dejar de generar entusiasmo, riqueza y empleo para el resto de la sociedad.

Es algo por lo que habrá que seguir trabajando en el futuro.

 

Cervecera grande vs cervecera pequeña

Como decimos, el cambio normativo no afecta ni a la definición de cerveza artesana ni a la cuantía del impuesto especial, sino a ciertas simplificaciones contables. Bienvenidas sean todas ellas.

Sin embargo, el límite estipulado se nos antoja arbitrariamente corto. Y esperemos que se actualice antes de que suponga un freno a un sector en plena expansión como es el microcervecero.

¿Dónde poner el límite para considerar a una cervecera grande y a otra pequeña? Sin duda, dar respuesta a esta pregunta es sumamente complicado y, también, subjetivo.

Pero, probablemente, no nos equivocaremos al decir que las obligaciones -impositivas y otras- no pueden tener la misma intensidad para las cuatro grandes cerveceras industriales que concentran, en apenas unas manos, el 93% de la cerveza que se hace en España (porcentaje que aumenta al 99% si incluimos a los otros dos grandes actores cerveceros nacionales), que para el sector microcervecero artesanal, que representa menos del 1% de la cerveza que se produce en España.

limite cerveza hectolitros

Insistimos en que el límite de los 5.000 hl. aprobados ahora lo son para otros menesteres distintos a la reducción del impuesto especial a los pequeños que propugna Europa (puesto que de eso ni hablar), pero la comparativa si nos sirve para dilucidar si es un límite razonable o no.

Sin duda, si los comparamos con los 200.000 hl. de la directiva europea, es de recibo que podamos decir que nos hemos quedado muy cortos en España.

Por ponerlo en perspectiva con respecto al actual mercado nacional, si comparamos los 200.000 hl. que marca la normativa Europea con los cerca de un millón de hectolitros que produce la más pequeña de las seis grandes cerveceras nacionales o con los más de 12 millones de hl. que produce la mayor, parece que hay un margen descomunal para el aumento de un límite que, por ejemplo, la propia AECAI, la asociación que aglutina a decenas de cerveceros artesanos e independientes, establece en 50.000 hectolitros, es decir, cinco millones de litros, lo que supone diez veces más que lo aprobado y cuatro veces menos que lo que permite Europa. Bastante razonable, ¿no?

La distancia entre grandes y pequeños es tan descomunalmente abismal que no era necesario ser tan restrictivos.

¿Por qué? Porque es ahora cuando las microcerverías artesanas tienen que pegar el estirón ante la propia demanda del consumidor si queremos que su protagonismo en el cambio de tendencia se traduzca también en un aumento evidente y real del volumen manejado por los artesanos que permita la viabilidad de las pequeñas fábricas y el crecimiento del sector.

Y con ese umbral, desde luego, no se les facilitan las cosas. Son varias las cerveceras independientes que rondan ese volumen de producción anual y serán, esperemos, muchas más las que se sitúen ahí en los próximos tiempos.

Sin embargo, con ese volumen de ventas seguirán siendo empresas pequeñas con recursos humanos y económicos muy limitados.

Además, no tiene que ser blanco o negro, todo o nada: volviendo a lo que hacen los países de nuestro entorno (que algo de ventaja nos llevan en esto de la cerveza), muchos de ellos definen tramos intermedios hasta llegar al límite de 200.000 hl., en los que las bonificaciones son más intensas cuanto menor es el volumen de producción, favoreciendo así más a los más pequeños dentro de los pequeños.

impuestos cerveza España

Protagonistas del cambio en la cerveza

En cualquier caso, que por primera vez se haya reconocido una diferenciación cuantitativa en la normativa es una grandísima noticia para el sector microcervecero.

Y no es un reconocimiento casual. Es fruto de un cambio en los hábitos de consumo de la cerveza que se ha venido abordando en los años precedentes.

Primero de manos de los cerveceros artesanos, que han introducido variedad y calidad en los productos más allá de los ámbitos hiperespecializados, y, después, de la mano de las grandes cerveceras industriales, que tras sus iniciales reticencias y ninguneos no han dudado ahora en subirse al carro.

Todo esfuerzo es bienvenido para que la cultura cervecera crezca en nuestro país.

#protagonistasdelCAMBIO